lunes, febrero 27, 2006

TRABAJOS EN LA RIA AL CAER AL TARDE (2006) VIDEO

lunes, febrero 20, 2006

LEÓN: ESTÁ ABIERTO EL TANATORIO

El día 1 de enero de este año, después de desayunar en el Quindós, nos dimos un paseo.


lunes, febrero 13, 2006

UNA TERRAZA (2005) FOTOGRAFIA



Nueva York, julio 2005

CRISTO MUERTO SOSTENIDO POR UN ÁNGEL (CRITICA PINTURA)



El cristo es verde, el angel blanco y todo el cuadro tiene un halo existencialista en pleno siglo XV.

Es una pequeña tabla de no más de 40 x 80 cms. Está compuesta, a pesar de la gravedad y la documentación del tema, con los mínimos elementos posibles: dos. Y eso porque un cristo descendido de la cruz necesita un apoyo físico para sostenerse. En un tema tan delicado, los artistas han inventado más bien poco. Es bien sabido quienes estaban junto a la cruz y esos son, en Giotto o en Van der Weyden, los que aparecen. Puede haber personajes de más, que perfeccionen la composición, pero siempre están, al menos, la Virgen, María Magdalena y San Juan. Y los personajes secundarios con nombre propio: María de Cleofás, Salomé, José de Arimatea y Nicodemo. Pero en este caso, Cristo aparece solo con su dulce ángel fracasado. Y toda la atención se centra en los rostros: el ángel lloroso y ausente, Cristo moribundo, con la boca abierta y los ojos cerrados.

¿Qué momento se representa?

Podría ser que Cristo ya esté muerto, como dice el título y se podría suponer por estar ya descendido de la cruz. Pero su figura resulta incomprensiblemente fuerte, con el cuerpo que se mantiene por sí mismo erguido. Además, el ángel no hace fuerza. Está abandonado a la pena, desconsolado, mirando hacia el vacio, a un lugar que queda un poco más allá del pie izquierdo del espectador.

Quizá Cristo no esté muerto. Sabe que va a morir y ya sólo le restan fuerzas para mantener el torso erguido. Pero, si no está muerto, ¿qué hace fuera de la cruz? Sería una escena incoherente con la historia, una situación nueva, ajena al relato bíblico y a la lógica de la crucifixión. De ser así, la tabla, pese a la impactante presencia física de los cuerpos y a la sencillez compositiva de sus elementos, mostraría una escena simbólica. Cristo se ha bajado de la cruz o Cristo ha cambiado la cruz por su ángel.

Mi interpretación es que se trata de una crucifixión, pero Antonello de Messina le ha bajado porque para representar todo la hondura de la crucifixión la cruz le sobra.

El cuerpo de Jesús es un cuerpo aún firme, al que sin necesidad de transparentar la musculatura se le nota la tensión, pero al que su última fuerza sólo le sirve para mantener verticales el tronco y la cabeza. Ya no domina las manos: la derecha doblada hacia dentro, apoyada en el asiento, la izquierda, torpemente dibujada, muerta sobre el muslo. La mínima fuerza que le queda es la de su pensamiento: se nota que siente su dolor, que anticipa su futuro y que está comprendiendo, ya sin fuerzas, el porqué. Esa comprensión es tan intensa y tan fugaz, que la concentración de los ojos se escapa por la apertura de la boca y, da la sensación de que a esos labios tan pálidos ya sólo les queda un último aliento o, quizá, que estamos asistiendo, en este mismo instante, a la expiración que transporta su sentido. A su lado, el angel es sólo un muchacho rubio que asoma su ala de ave del paraiso y llora porque, aunque se le escape el porqué, también conoce la historia y su final. Sólo él asiste a este absurdo e, incapaz, desciende su mano hasta el codo de Cristo para taparlo suavemente con un velo azul. El sentido se adivina en el rostro del moribundo, o en el último aliento de un muerto, pero no es comunicable más que en la imagen misma de un ángel desconsolado y fracasado que sostiene a un moribundo que sabe porqué está muriendo.

Conviven, al tiempo, las sensaciones de lo absurdo y lo previsto. Un absurdo previsto. Un inevitable fallo en la lógica de la vida exige un misterioso sacrificio humano. El sacrificio de uno sólo en nombre de todos. Y ese misterio, y su aceptación en lo más íntimo de ese rostro que expira, lo elevan y lo convierten en divino.

El cuadro debería titularse: Cristo muriendo, aunque supongo que ninguna modestia artística puede permitirse un título así.

jueves, febrero 02, 2006

AT THE SAME TIME (2006) VIDEO

Este vídeo pone imágenes a un tema de Laurie Anderson titulado walking & Falling, del disco Big Science de 1982. Un espectáculo sobre ese disco me pareció a mí, un lejano día en Salamanca, la vanguardia. Las imágenes las tomé en Madrid en enero. De la canción me acordé después.

El vídeo hay que verlo con sonido (mejor con cascos) y todo seguido. La música comienza antes que la imagen y la imagen intenta adaptarse a la música. Lamento la poca calidad de la copia que hace perderse, por ejemplo, el momento avión. La red no aguanta resoluciones mayores.

miércoles, febrero 01, 2006

VANIA EN LA CALLE 42 (1994) CRITICA DE CINE


De Louis Malle, autor de Ascensor para el cadalso, Atlantic City, La Pequeña, Adiós muchachos y Herida. Basada en la obra teatral de Chejov, Tío Vania.
La vimos en los cines princesa de Madrid, durante la Semana Santa del 95, en versión original con subtítulos en castellano.

TEMA:
En la finca familiar de su primera mujer, se instala el anciano erudito Serebryakov con su joven y hermosa segunda esposa. Allí, ellos y los habituales residentes: su antigua suegra, que le adora, y, sobre todo, su propia hija Sonya y su excuñado Vania (e incluso el doctor Astrov que le atiende) verán sus vidas transformadas enfrentándose todos ellos a sus cruzadas pasiones amorosas, de las que todos saldrán heridos, aceptando su trágico destino común: mantener con dignidad su frustración.

ANÁLISIS.
Esta película es una obra mayor, al menos porque inventa un tipo nuevo de arte que no es ni cine teatral ni teatro filmado. Pero además por la profundidad del tema, la elegancia y la brillante y original sencillez del tratamiento cinematográfico, por la dirección férrea e invisible y por las magníficas interpretaciones.

La película empieza con imágenes en teleobjetivo de la cotidianidad de las calles de Broadway. Entre las gentes se van individualizando algunas personas: son actores que van a ensayar. Se encuentran en la puerta del teatro. Llega también una invitada que quiere asistir al ensayo. Todos pasan al viejo teatro destartalado. Van hablando de sus cosas, de la hora a la que se han levantado y de lo mucho que trabajan. Uno se tumba en un banco. La mujer más mayor y el hombre más joven hablan a su lado. El le cuenta que ensaya tres obras a la vez y que no para, que ya no es el que era, que se siente cansado y desilusionado. Ya estamos en la obra. Desde ese momento, sin transición él será el doctor y ella la vieja criada.

Es, pues, un ensayo teatral filmado en el que se entra sin solución de continuidad con lo anterior y en el que las únicas interrupciones serán para cambiar el decorado o darse un breve descanso entre actos. Las escenas teatrales están filmadas mediante planos medios y cortos que fotografían tanto a quien habla como las reacciones de quienes escuchan.

La primera escena presenta los personajes y anticipa los conflictos. Por lo que se supone la entrada de la casa, donde la vieja criada y el doctor comenzaron la conversación, van pasando los personajes para contarnos cómo les ha cambiado la vida la llegada del profesor y de su mujer, cuáles son sus ilusiones y qué lugar ocupan en sus vidas. De un modo igualmente sutil, el más secundario y humilde personaje nos cuenta su ridícula historia. Carapicada se casó con una mujer que no le quería y que lo abandonó el primer dia. Desde entonces no ha dejado de cumplir con los deberes a los que se comprometió en la boda y, a pesar de que ella se fue a vivir con otro hombre y tuvo con él dos hijos, no por eso Carapicada la dejó en la estacada:

-"Ahora ella es vieja y su hombre murió. ¿Qué le queda? Nada. A mi al menos me queda la dignidad".

Aunque ni el espectador ni los protagonistas lo sepan, esta historia resume la situación de todos los personajes y tal vez de todos los que asistimos al espectáculo desde fuera. La vida es una derrota contra el querer que se nos escapa. El único éxito radica en la elegancia con que se asuma el fracaso.

En la segunda escena, la acción se traslada al gabinete del profesor, de noche, donde este intenta trabajar junto a su mujer. La primera empezaba con los personajes más secundarios, que hablaban de sus vidas desde el contraste con las de los protagonistas, con cómo les habían cambiado los hábitos (la vieja), chupado la vida (Vania), dado un sentido (la madre), despertado el deseo (Vania y el doctor). Esta comienza con los personajes principales que hablan de si mismos. En eso consiste su principalidad. La bella indolente no hace nada porque su perezosa belleza le basta para mover el mundo a su alrededor. El sabio pedante parece bastarse porque su vanidad intelectual se alimenta del contraste con la incultura de los demás. Pero ni lo uno ni lo otro. El profesor es viejo y torpe. Su hermosa mujer se aburre añorando un hombre más joven, en contacto con el mundo, capaz de creer en lo que hace.

La primera escena coincide con la primera llegada del doctor La segunda con la segunda visita. En medio se ha convertido en el objeto de deseo de las mujeres y en el único personaje aparentemente positivo.

Este segundo acto establece las complicidades y las relaciones:
- Sonya y su madrastra, conjuradas para que la madrastra se entere de si el doctor quiere a la muchacha. Una complicidad que nace desde la seguridad de la imposibilidad de esa ilusión juvenil que no es sino la forma exac-ta de la frustración de la mujer adulta que sabe que es ella la amada y la amante de ese amor imposible e inmerecido.
. Sonya y el doctor Astrov, cómplices del supuesto fin de la desilusión y el alcoholismo del médico, con los que ella espera acabar en nombre de su hipotético futuro compartido, y que el acepta de un modo momentáneo en busca de una autoafirmación que no va dirigida hacia ella.
-El viejo profesor y la vieja criada, cómplices en su vejez, sus dolores y sus simples y piadosas soluciones

En la tercera escena se produce el desenlace. Las cartas se pondrán sobre la mesa. El trasfondo económico y el sentimental salen a la luz y la situación se hace insostenible. Los extraños visitantes tendrán que largarse.

El lío amoroso se resuelve: la bella madrastra, que se ha planteado traicionar a Sonya, hacer caso a sus propios deseos y plantearse su relación con el doctor, vence sus tentaciones y muy digna le plantea al médico el problema de su hijastra en términos claros que el médico entiende como una sutil declaración encubierta, declarándose él a su vez descaradamente. En el cruce de deseos desbocados y actitudes gallardas, ambos acuerdan su inminente separación pero se conceden el dulce premio de un beso. En ese momento aparece Vania que obviamente les ve a todos con su peor apariencia: a ella como una mujer indolente, que vive sólo para la satisfacción de sus caprichos, incluso al coste de traicionar para ello la confianza que todos, y especialmente él mismo que la ama de un modo manifiesto, han depositado en ella, a él como el falso amigo capaz de anteponer sus deseos a sus al-tos ideales políticos y personales.

El malestar que la indolencia y el egoismo del profesor crea entre los demás llega a su límite cuando les propone vender la finca , invertir el dinero y vivir de las rentas. Vania, harto de su cuñado, estalla, clarifica el origen ma-terial de la finca como dote que su hermana aportó al primer matrimonio, la legitima propiedad de su sobrina, y la caradura de plantearse destruir su modo de vida. Todo para satisfacer la vanidad del intelectual que sólo se ve a si mismo viviendo lujosamente en una ciudad, después de habérselo podido permitir durante años precisamente gracias al esfuerzo cotidiano y la prudente gestión de todos los que viviendo y trabajando en la finca habían entregado sus vidas al esfuerzo de que él realizara la gran obra que no fue capaz de escribir. El discurso de Vania, que viene de soportar la escena del doctor y su cuñada (Estoy escribiendo esta frase, son las ocho de la tarde del viernes 24 de noviembre de 1995 y oigo la radio. Acaban de comunicar que Louis Malle ha muerto. Sabía que estaba muy enfermo. De cáncer linfático. Es duro que haya muerto. Pero es hermoso pensar en una vida que sirve al menos para que otra esté escribiendo sobre lo que creó en vida, así que en este momento asisto y formo parte de una forma de inmortalidad, de la única que está a nuestro alcance. El propio Malle me había hecho pensar sobre esto mismo en Herida), llega hasta el límite, drástico y ridículo de intentar inútilmente asesinar al profesor y suicidarse.

Finalmente, los extraños se van. Las ilusiones se van. Quedan en la finca los de siempre. Y la vida de siempre: trabajo, monotonía, la consciencia de ser seres dolientes, ajenos al paraíso. Sonya se encargará de dar el último discurso y de redondear el mensaje. Nuestra única ilusión es que en algún otro mundo por fin se haga justicia.

APENDICE
(Sólo puedo lamentar el tiempo que he dejado pasar desde que vi la película hasta hoy, 27 de junio de 1995. Más de dos meses y muchas películas es demasiado para intentar recomponer ahora ni aunque sólo fuera someramente el caudal de ideas y sensaciones que esta película desencadenó en nosotros (a Raquel también le encantó).
Sigo el 12 de noviembre de 1995. He vuelto a verla esta mañana en el video de Eva y Vega. No eran las condiciones más idóneas pero mejor eso que nada.)

sábado, enero 21, 2006

RESERVOIR DOGS (1992) CRITICA DE CINE



TEMA:
Unos atracadores profesionales que han fallado en su golpe se van reuniendo en un almacen. Allí, mientras uno de ellos se desangra, los que van llegando intentan saber quién les delató. El relato, hace continuas vueltas atrás, para que vayamos viendo cómo fue la organización del golpe (un hombre mayor, Joe, va reuniendo a una banda para asaltar un negocio de diamantes, luego les entrena y les bautiza con nombres de colores: Sr Blanco, Sr Rosa, Sr Naranja..) y la huida de algunos de los personajes. El atraco no se ve.

CRÍTICA:
Esta es ya una película de culto y lo fue casi desde su nacimiento, aunque entonces yo no la vi. Me dijo Coco: tú haces bien, al principio de la película sale un tío que se está desangrando porque le han pegado un tiro en el vientre y no se muere hasta el final. Es cierto. Y hay, además, y es cosa muy famosa, una escena en la que un bello psicópata tortura a un policía, le raja la cara y le corta la oreja con una navaja barbera, le rocía de gasolina para quemarlo vivo a ritmo de su programa de radio preferido. Supongo que el culto se debe a su extrema violencia y a la peculiaridad temporal de la narración, que avanza de un modo espiral, dando vueltas hacia atrás y volviendo luego hacia adelante.

Empecemos por el segundo punto: dice Raquel que las vueltas atrás no le aportan nada a la acción que se desarrolla en el interior del almacén. Y creo que tiene razón y en ese sentido es-to es teatro filmado. Así que ese prodigio narrativo es innecesario.

Vayamos al principio: el suspense de los personajes y el suspense de la narración son esencialmente contemporáneos y tramposos. Se basan sencillamente en que nos metemos en la sala con un montón de descerebrados, incluyendo a Tarantino, capaces de cualquier violencia gratuita y, claro, estamos acojonados pensando en qué momento se va a desatar esa violencia y contra quién (contra el pobre policía, representante, amordazado y torturado del público en la sala, no menos amordazado y torturado). Si se admite el discurso, se admite el resultado. Pero el discurso es demasiado fácil, como el de aquella onda teatral que consistía en que los actores no actuaban, se limitaban a meterse con el público para abochornarle.

A no ser que lo que se pretenda sea una crítica social de la pasividad de las clases medias ante la situación de la justicia social (desangrante) y del reparto de las bofetadas del sistema. Y no lo digo de coña. No le oí ni a Leguina, ni a De Prada, ni a Garci, ni a ese otro atontao que creo que es crítico del ABC decir nada de interés y menos por esta línea.

Pero para mi hay un hecho en el relato que tiene verdadero interés en ese erial de análisis psicológico que es Reservoir dogs (psicópatas que tiran, todo tieso, con sus psicopatías, sin más matices) la masacre final se desencadena por un compromiso especial que contraen el Sr Blanco (Harvey Keitel) y el Sr naranja (no se el nombre del actor, el policía infiltrado que se desangra durante toda la película) y ese compromiso tiene su origen en una confesión: El Sr Blanco, ante la agonía del otro, le dice quién es: le dice su nombre. En medio del anonimato desvinculante, quien conoce mi nombre tiene mi solidaridad: lo otro son relaciones tribales o negocios.


PD. Nacionalidad norteamericana. Intérpretes: Harvey Keitel, Tim Roth, Michael Madsen.
Al fin la logré ver entera la noche de reyes de 1998.

viernes, enero 20, 2006

PULP FICTION (1994) CRITICA DE CINE


TEMA:
Algunos empleados, la mujer y un reciente socio de Marcelus Wallace son los protagonistas de esta historia. Incluso el propio Marcelus tiene un papelito. Como es un mafioso, sus empleados son asesinos a sueldo que se cargan a cuatro adolescentes que no cumplieron el contrato, su mujer es una cocainómana que se equivoca con la dosis y su socio un boxeador que debería dejarse ganar. El propio Marcelus tiene como afición la taxidermia humana.

CRÍTICA:
Parece una historia lineal y es un relato espiral: la acción vuelve a pasar por el principio para cambiar de dirección.

Parece la historia más inmoral del mundo y está llena de casuística teórica y de justicia: los asesinos discuten interminablemente sobre la calificación moral del acto de masajear los pies a una mujer casada y, al fin, las decisiones responsables les dirigen a un final feliz como en cualquier película de Walt Disney: el asesino negro decide dejar su oficio y libra de la muerte que finalmente sólo le llegará a Travolta. El boxeador, en lugar de huir de la orgía sadomasoquista volverá a liberar a Marcelus y se garantizará así una dulce vejez.

Aparentemente, es una banal historieta de mafiosos y es en realidad una crítica mordaz a esta sociedad: individuos que hacen el mal sin planteárselo, mientras discuten sobre asuntos de ninguna importancia. Más crítico que el Godard del 68 y mucho más divertido.

Sorprende el relato, en el que el orden de la acción y de la palabra se ven continuamente interrumpidos en lo que debería ser su desarrollo lógico para volverse a convertir después en simples y predecibles aunque ya atemorizados por la posible irrupción de lo desconocido. La divertida escena del asesinato en el coche en la cual a Travolta se le dispara accidentalmente la pistola en medio de la conversación, convirtiendo el coche en un zumo de sesos. Al final todo se resuelve con agua y jabón. La escena de la sobredosis de la mujer de Marcelus, resuelta con una inyección al fin y al cabo. Se vuelve al orden a través de un meandro absurdo.

Sorprende la puesta en escena. La importancia de la música, la fotografía densa, el empleo de planos medios y cortos, del contrapicado. Sorprende también un montaje muy ágil, en el cual parece que la violencia siempre se va a ver y al fin se esconde convertida en la reacción ante la violencia, normalmente tan indiferente que da risa. Se resuelve de un modo tan banal la tensión que hace gracia.

Es la hija graciosa de TERCIOPELO AZUL. David Lynch inició, en lo que yo se, esta forma de entender la película de misterio: la amenaza impredecible. Desde entonces el terror no es conocido. Hay que verlo. En el cine de un mundo conservador se puede reconstruir el horror por sus huellas o se puede suponer desde su amenaza: el comportamiento de un mundo conservador es predecible. En el cine actual, desde Lynch, el horror no se entiende si no se ve: nadie podría suponer que en una tienda de electrodomésticos de un callejón hay un club sadomasoquista en el que un policia y el dueño guardan a un loco vestido de cuero negro en un baul, para torturar en su presencia a los incautos que se dejen caer por allá. Cada vez que se cierra una puerta se crea un misterio absoluto.



PD. La vi el 23 de febrero de 1995 en el Real Cinema de Oviedo. Todo, incluyendo el siguiente comentario, es de entonces. Tardas un rato en llegar hasta los títulos de crédito por la cantidad de premios que ya le han dado. El más importante, la Palma de oro en Cannes. Yo no he visto Reservoir dogs. Me dijeron que era muy sanguinolienta.